Esta obra fue creada en Febrero de 2014 y tiene como fundamento la Escucha Situada entendida como un método propio de investigación creadora, el cual no es una simple herramienta dialógica que tiene como base los campos de la antropología y la sociología, sino que es en sí misma un modo de creación de conocimiento imprescindible para los campos de la política de la oralidad y la política de la sonoridad, y que además es tan importante como la historia escrita.
Esta organización de sonidos desea evocar tres etapas fundamentales del narcotráfico en México: la fabricación, la producción y, de igual forma, el consumo. La palabra Hybris puede ser entendida como el pecado de la desmesura. Tal como dice el filósofo colombiano Santiago Castro-Gómez: «Cuando los mortales quieren ser como los dioses, pero sin tener capacidad de serlo, incurren en el pecado de la Hybris«.
Es así que en esta obra, La Hybris del Mal, escucharemos detonaciones, disparos, sonidos estridentes y ásperos que tienen como finalidad última evocar, es decir, traer a la imaginación, algunas de las sonoridades pertenecientes a la cultura del narcotráfico en México. De igual forma, también podremos escuchar (aproximadamente a la mitad de la pieza) algunos sonidos relativos a los estragos físicos producidos por el consumo exacerbado de narcóticos y estupefacientes.
Esta organización de sonidos agradece las interpelaciones epistémicas de:
Drago. Lugarteniente «anónimo» de un cártel mexicano y protagonista del libro Confesión de un Sicario (2011) del periodista mexicano Juan Carlos Reyna*.
A los seis años Drago padeció abuso sexual reiterado, a los nueve enfrentó a su padre con un cuchillo para impedir que siguiera golpeando a su madre, a los diez se marchó de su casa, a los trece comenzó a robar carros y a los quince realizó su primer secuestro. Poco después es aprehendido y recluido en un centro tutelar, donde le enseñan nuevas mañas y entra en contacto con el hijo de un mando policiaco. Al salir del reclusorio para menores, el policía lo introduce a su corporación y de ahí brinca con naturalidad al crimen organizado, más específicamente a un cártel de narcotraficantes que opera en el norte del país. inicia así su carrera de sangre, que lo lleva a torturar y posteriormente a asesinar –entre 1997 y 2001– por lo menos a cincuenta personas, sin contar a los que mata en las numerosas balaceras en las que participa, en las cuales puede llegar a matar hasta quince individuos. A Drago lo traicionan sus jefes y él a su vez los traiciona a ellos y se incorpora al sistema de testigos protegidos de la PGR. El comandante que lo incorpora a ese sistema muere en el mismo avión en el que viaja Juan Camilo Mouriño y poco después Drago es despedido del sistema, arrojado a la calle sin un centavo, obligado a huir por todo el país.
*Juan Carlos Reyna trabaja en los límites entre el periodismo experimental, la música y la crítica de arte. Tiene estudios de posgrado en teoría crítica y es colaborador del Colectivo Nortec, ahora Bostich + Fussible y el Tijuana Sound Machine. Es cofundador de la Escuela de Artes Visuales SOMA, con sede en la ciudad de México. Escribe en el periódico Reforma, en el semanario Día Siete y en las revistas Letras Libres, La Tempestad, Esquire y Gatopardo. Su libro La(s) estética(s) de la mundialización le valió el Premio Estatal de Literatura (Baja California, 2008), en la categoría de periodismo cultural. Es autor del polémico libro Confesión de un Sicario (2011).
Artículo de investigación antropológica de la Dra. Anayuri Güemes sobre la obra La Hybris del Mal
Nos da muchísimo gusto poder compartir un artículo de investigación antropológica de la Dra. Anayuri Güemes sobre la obra La Hybris del Mal, publicado en la revista arbitrada Xihmai en Julio de 2020.